Las experiencias vividas en el transcurso de la terapia grupal en movimiento fueron situaciones nuevas y que me descolocaron para conocerme a través de mi entorno. Cada sesión era un mundo nuevo para mí. Recuerdo que cuando trabajábamos de manera conjunta, sentía que lo podía todo, desde atreverme a hacer cosas que nunca me hubiera imaginado, hasta abrirme totalmente con personas que, pasaron de ser desconocidas, a ser mi familia en un abrir y cerrar de ojos. Eso lo descubrí el día que mi corazón latió de modos y colores diferentes. Me hicieron darme cuenta que es divertido contar con gente que te impulsa a recordar, pero siempre viviendo el presente y viendo hacia adelante.
Nan.